: Guillermo Francos afuera: y ahora qué
A pesar de haber demostrado sistemáticamente su fe libertaria, el exfuncionario de Alberto Fernández y ahora de Javier Milei se mostró como el más dúctil a la hora de tender puentes con adversarios. Desde ahora se verá si el Presidente es capaz de lograr los consensos que tanto necesita.
“Equipo que gana no se toca…” A pesar de confesarse bilardista, Javier Milei no parece ser partidario de esa consigna fácilmente asimilable al técnico campeón mundial en México 1986. El equipo presidencial, es decir su gabinete, está convulsionado por cambios algo inesperados a pesar de la contundente victoria electoral obtenida el pasado 26 de octubre.
El más llamativo de los trueques es el de Guillermo Francos, que abandona la Jefatura de Gabinete de Ministros en medio de fuertes cruces internos entre las figuras libertarias que luchan por el poder gubernamental interno, con dos ejes bastante claros: Karina “el Jefe” Milei y el inefable Santiago Caputo.
Llamativo porque si alguien construyó puentes para encontrar aliados donde parecía que no los había, fue él. En efecto, fue el más político y conciliador de una gestión copada por talibanes anarcocapitalistas. Uno de ellos y quizá el principal, el propio Presidente, quien dinamitó sistemáticamente esas plataformas ahora tan necesarias.
De hecho, Francos mismo lo reivindica en su carta pública de renuncia a un cargo clave: “Mi primer acto como Ministro del Interior y mi último como Jefe de Gabinete fueron reunir a los Gobernadores de las Provincias con el Poder Ejecutivo Nacional con el objeto de encontrar mecanismos de diálogo y generación de consensos".
Y más llamativo, además, porque en un momento en el que Milei prometió ??"porque necesita??" transitar nuevas alianzas para garantizar la gobernabilidad durante los próximos dos años, el reemplazante de Francos es Manuel Adorni, un halcón entre halcones, un intransigente que no duda en descalificar públicamente a quien no comulgue ciega y calladamente con la gestión de La Libertad Avanza (LLA).
“Quiero agradecer profundamente al Presidente de la Nación Javier Milei por haberme elegido como su jefe de Gabinete de Ministros para esta nueva etapa, donde profundizar las reformas estructurales será prioridad”, declaró el actual vocero tras ser honrado con la designación.
Reformas estructurales que ameritarán consensos con sectores afines y otros que no lo son tanto, frente a los cuales Adorni no aparece como el mejor contemporizador, si se compara su rígida gestión de funcionario con la muñeca que Francos ha exhibido en la mayoría de las circunstancias, más allá de su inquebrantable fe oficialista.
Con quien fuera también funcionario del cuestionado Alberto Fernández se va también el ministro del Interior, Lisandro Catalán, abogado de su riñón que todavía no tiene reemplazante pero, si se dan las condiciones (es decir: que le otorguen una discrecionalidad superior a la original de esa cartera), para el cual suena el nombre de Santiago. Una posibilidad que Milei todavía no ha definido.
Gerardo Werthein se fue de Cancillería dando un portazo, harto del hostigamiento del omnipresente Caputo y sus huestes tuiteras denominadas Fuerzas del Cielo, férreamente adictas al consultor presidencial. Francos fue más diplomático, aunque su salida también aparezca como inesperada, intempestiva, a pesar de las versiones periodísticas que la adelantaban.
Muy probablemente terminó siendo precipitada por la presión del asesor estrella, a quien Francos no hace mucho cuestionó por no firmar las decisiones que toma; es decir, por ser administrativamente irresponsable ante las consecuencias futuras de esas decisiones que lo tienen como autor indiscutible.
El sobrino segundo del ministro de Economía es junto a Karina, como se dijo, un ideólogo de la gestión libertaria, siempre bajo la férula del indiscutido Javier, por supuesto. Él solo pelea por una enorme porción de poder y privilegios y así, como hace su familia desde hace años, seguir lamiendo las mieles económicas de la política.
Hasta acá algunas certezas y especulaciones. Entre las certezas, Mariano Cúneo Libarona ya dejó Justicia y todavía no se designó sucesor; y muy pronto se conocerán otras dimisiones obligadas: la de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad, que asumirá como legisladora por la Ciudad, y la de Luis Petri en Defensa, elegido por Mendoza, con varios nombres en danza para reemplazar a ambos.